Cirugía a animales

Cuando la cirugía es el procedimiento recomendado, la seguridad es nuestra principal preocupación. Contamos con un quirófano equipado con  los medios anestésicos y de monitorización más modernos con el fin de reducir al mínimo los riesgos anestésicos.

Previamente a la cirugía…

Los animales son sometidos a un chequeo clínico y analítico exhaustivo para detectar posibles alteraciones que no sean evidentes.

Si se detecta alguna anomalía intentamos compensarla para minimizar el peligro, y si no es posible, por cuestiones de urgencia quirúrgica, adaptamos el protocolo anestésico al de menor riesgo.

Durante la cirugía…

Mantenemos continuamente monitorizado al paciente. Disponemos de monitores quirúrgicos que en todo momento nos miden la saturación de oxigeno en sangre, el CO2 inspirado y expirado, electrocardiograma, frecuencia cardiaca y respiratoria, temperatura corporal, presión sanguínea. Además todos los pacientes durante el acto quirúrgico están conectados a una maquina anestésica, que suministra el oxígeno y gas anestésico (isofluorano), evitando un mayor riesgo al paciente.

Después de la cirugía…

El principal problema es el dolor post-quirúrgico tras la pérdida de los efectos anestésicos. Este dolor lo controlamos con analgésicos opiáceos que le aliviaran esas primeras horas post-quirúrgicas.

La mayoría de pacientes quirúrgicos salen de la clínica el mismo día de la cirugía. Gracias al uso de anestésicos de rápida metabolización, los efectos se eliminan en unas horas y pueden pasar el post-operatorio en casa, en su ambiente y con sus propietarios donde la recuperación se hace más rápida al eliminar el estrés que supone estar en un sitio extraño y alejado de sus dueños.